Mantenimiento de cerraduras para puertas correderas

Las puertas correderas son especialmente creadas para espacios reducidos, ya que su sistema de apertura ocupa el mismo espacio ocupado por la instalación de la puerta y no abarca un espacio extra como lo hacen las puertas convencionales. Normalmente son usadas para separar una cocina o en un baño en distintas áreas, pues lo hacen de manera eficiente y sin suponer una molestia a futuro. Son fáciles de abrir y cerrar, por lo que hoy en día cada vez son más las personas que instalan puertas correderas en su casa, negocio o empresa.

No olvidemos que el funcionamiento de las puertas correderas se basa en los carriles por donde se deslizan (gracias a pequeñas ruedas ubicadas arriba o abajo de las puertas) y en su característica movible. Sin embargo, debido al constante uso, la movilidad de las puertas correderas eventualmente se convierte en un problema si no se les aplica mantenimiento continuo. Las ruedas pueden atascarse en los carriles y darte muchos dolores de cabeza al no saber cómo solucionar este problema. De hecho, también la acumulación de suciedad en los carriles deviene en un problema de atasco del cual muchas personas se quejan.

Por ello, es importante que usted, como propietario de una puerta corredera, tenga en consideración lo siguiente para el mantenimiento preventivo de su puerta:

Mantener siempre limpio el carril de su puerta corredera es lo más efectivo para evitar atascos. Eso sí, para limpiar el carril de forma correcta, primero debes quitar la puerta completa del marco donde está instalada. Una vez que lo hagas, debes proceder a barrer cuidadosamente el carril con ayuda de una brocha de tamaño mediano. Esta actividad te tomará unos 30 minutos aproximadamente, pero te permitirá extraer todo el polvo y suciedad contenido en el carril de la puerta corredera. Por último, mejora el deslizamiento de la puerta colocando un poco de aceite o lubricante al carril.

Recuerda siempre consultar con un cerrajero profesional de confianza cada vez que tengas una duda respecto al mantenimiento de tu puerta corredera. Además, te recomendamos que, si posees una aspiradora, la uses diariamente alrededor del carriel de la puerta corredera para así mantenerla limpia por mucho más tiempo.

Otros problemas que puede presentar su puerta corredera son los siguientes:

  • Cerradura embutida:

Las puedes encontrar en la escopladura de la puerta. Tiene un cilindro, sujetado con tornillos, que atraviesa de lado a lado la puerta para así hacer efectivo el sistema de cierre y apertura por ambos lados. Los expertos recomiendan cubrir la tapa para mejorar el aspecto estético de la puerta. En resumen, este tipo de cerradura se instala de manera que forma parte de la puerta corredera, pues queda insertada en la misma.

  • Cerradura de pomo:

Presentan un pomo en cada uno de los lados de la puerta, de ahí su nombre. Aunque tienen llave en el pomo exterior, solo es asequible para alguien si desmontan el conjunto en el interior. Cuentan con tornillos que protegen de forma eficiente todo el conjunto, haciendo que esta sea una de las cerraduras más seguras del mercado para este tipo de puertas.

La llave se atasca al introducirla a la cerradura y, además, le cuesta girar el cilindro:

Este problema se debe probablemente al mal estado de la llave o a un problema interno del cilindro. Nuestra recomendación es que cambies la llave por una nueva o, si no, intentes reparar el duplicado con una lima. Para ello, primero ennegrece la llave acercándola a una vela encendida y luego vuélvela a introducir en el interior de la cerradura. Las partes que salgan brillantes, límalas y repite el proceso hasta que la llave funcione perfectamente.

La llave no siempre funciona

Esto se debe a que el mecanismo del cilindro está flojo, por lo que es necesario removerlo. Una vez hagas esto, aprieta los tornillos del vástago. Si el problema no se soluciona así, entonces quita el vástago y lima cuidadosamente el borde del cilindro que está a la vista.

El cilindro completo gira con la llave

En esta situación, lo más probable es que los tornillos del cilindro estén rotos, desajustados o flojos. Por lo tanto, aquí la solución es obvia: desarma la cerradura e intenta apretar los tornillos del cilindro o cambiarlos por unos nuevos en caso de que están dañados.

La llave no gira bien, con dificultad

En este problema la causa puede ser el cilindro que esté roto o la cerradura y el pasador que estén sucios. En todo caso, la solución más prudente sería usar un solvente limpiador para lavar la cerradura y el pasador, así como lubricar con grafito el cilindro. Si existe una rotura, contratar a un cerrajero para que sustituya la pieza averiada.

Recuerde que, si necesita mantenimiento para su puerta corredera, puede contratar a nuestros cerrajeros profesionales dispuestos en todo momento a ayudarle con sus problemas.