¿Cuál es la cerradura más fácil de abrir?

La mayoría de las cerraduras que hoy en día usamos para garantizar la seguridad de nuestro hogar no tienen comparación con las que se utilizaban hace 15 o 20 años. Las innovaciones en este sector se suceden a un ritmo vertiginoso y los fabricantes no escatiman en investigaciones y prototipos que puedan asegurar la inviolabilidad de sus productos. A pesar de ello, los métodos para vulnerar las cerraduras han demostrado ser igual de rápidos y efectivos, por lo que estamos en una constante carrera en pro de lograr resguardar nuestra casa y protegerla de los ataques de los ladrones.

En este sentido conviene tomarse un tiempo para analizar cuál es la cerradura más fácil de abrir a fin de sustituir los mecanismos poco efectivos y no dejar en manos del azar un asunto tan importante como nuestra seguridad.

A priori podemos decir que mientras más antigua sea una cerradura, más fácil será vulnerarla, pues evidentemente su tecnología y mecanismos de cierre habrán quedado obsoletos.

Si te preocupan tu bienestar y tranquilidad y quieres mantener a salvo a tus seres queridos y bienes, tanto en tu hogar, empresa o local comercial, sigue leyendo pues a continuación te explicaremos cuáles son las cerraduras menos seguras y cuáles son los métodos que usan los ladrones para entrar a robar.

Las cerraduras sin anti bumping son las más fáciles de abrir

La intención de este artículo no es hablar de marcas o productos específicos. Queremos ofrecerte un panorama general y darte a conocer las opciones disponibles para que puedas elegir con pleno conocimiento qué tipo de cerradura necesitas para cada instalación.

Si tenemos en cuenta las estadísticas de robos a viviendas, podemos afirmar sin temor a equivocarnos que las cerraduras que no cuentan con un sistema de seguridad anti bumping son muy fáciles de abrir.

El bumping es la técnica delictiva más utilizada para vulnerar las puertas de acceso principal. Consiste en introducir en la cerradura una llave especialmente hecha con la posición más baja de los pistones para cada tipo de cerradura, y golpearla para que los pistones se separen de los contrapistones y se libere el giro de la llave. Este método fue ideado en Alemania por cerrajeros profesionales, quienes la aplicaban en su trabajo diario cuando tenían que desbloquear el cilindro de una cerradura. Al pasar el tiempo se hizo popular entre los profesionales del hampa y hoy en día es posible encontrar en internet vídeos donde se explica en detalle cómo funciona.

Con esta técnica se puede vulnerar prácticamente cualquier tipo de cilindro que no cuente con protección antibumping, incluso los de las puertas acorazadas o de seguridad, realizando un trabajo silencioso y que no deja huellas de fuerza en los cilindros.

¿Cómo disminuir el riesgo de bumping?

En vista de su fácil aplicación y popularidad, es importante tomar algunas medidas de seguridad, para evitar ser víctimas de un robo mediante el sistema del bumping.

La primera posibilidad consiste en instalar un escudo protector en la cerradura. Si bien cualquier escudo protector ofrece un mínimo de seguridad adicional, pues al menos evitará que el ladrón conozca la marca de la cerradura y le resulte más fácil saber cómo vulnerarla, no todos son efectivos para evitar el bumping.

Los embellecedores y los escudos protectores abiertos, que dejan a la vista el bombillo son muy poco efectivos. Pueden ser atacados con un taladro o un extractor de campana, permitiendo una rápida y silenciosa apertura de la puerta, que no tomará más de un minuto. Y eso contando con que el escudo haya sido bien instalado y que el cilindro no sobresalga más de 3 milímetros. Si sobresale más de eso, bastarán 30 segundos para abrirlos, con herramientas tan simples como una llave de grifa o un alicate de presión.

Por otra parte, los escudos protectores cerrados son un poco más seguros, pero no ofrecen protección total, pues no evitan la rotura del bombillo y de los tornillos que lo sujetan, si se aplica un golpe con una mordaza de presión. Eso sí, los ladrones necesitarán el doble de tiempo para abrir la puerta y el nivel de ruido será un poco mayor, por lo que, si tenemos suerte, algún vecino podría oírlos. Al mismo tiempo, como el cuerpo del cilindro está cubierto por una pieza de metal resistente, la cerradura no podrá violentarse usando herramientas eléctricas, como un taladro, por ejemplo, pero continúan siendo ineficaces frente al bumping.

Si se quiere un escudo protector de alta seguridad, habrá que optar por los escudos para cerraduras acorazados. Además de resistir al ataque con mordazas y contar con protección ante el uso de taladros, también evitan el uso del extractor de campana y el cascanueces o extractor de cilindro. Pero lo más destacable de este tipo de escudos es que ofrecen una muy buena protección antibumping.

Otra alternativa es instalar un escudo protector para cerraduras de tipo magnético. Al igual que los acorazados, resisten el uso de herramientas eléctricas e impiden que los cilindros puedan ser taponados u obstruidos con cualquier objeto, como adhesivos, siliconas o mondadientes. También evitan el uso de ganzúas, pues el bombillo queda completamente oculto. Y, lo más importante, ayuda a evitar el bumping.

Es importante destacar que mucho de los modelos de escudos protectores son compatibles con la mayoría de las cerraduras disponibles en el mercado. No obstante, si tienes alguna duda es aconsejable que consultes con un cerrajero profesional para asegurarte de elegir el dispositivo adecuado.

Ahora bien, si la idea es prevenir el bumping lo mejor es atacar la raíz del problema e instalar un bombillo antibumping. Podemos saber muy fácilmente cuál es su nivel de seguridad, pues este guarda relación con el número de pitones que tenga. Los bombillos con más pitones son más resistentes al ataque, pero también hay que considerar el material con el que han sido fabricados. De acuerdo al nivel de protección que necesites puedes elegir bombillos antibumping que tengan desde 1 hasta 8 pitones.

Asimismo, podemos considerar la posibilidad de instalar una puerta  acorazada con cilindro antibumping. Esta combinación ofrece protección contra varios tipos de técnicas de forzamiento, pero debes tener presente que los cilindros antibumping que incorporan no son cien por cien infalibles.

Siempre tienes que cerrar la puerta con llave

Esperamos que estas explicaciones hayan aclarado tus dudas y te sirvan de orientación al momento de elegir la cerradura que necesitas. Pero de nada vale instalar el mejor de los sistemas de seguridad si no cierras la puerta con llave. Muchas veces nos confiamos, pensando que si estamos en casa nadie intentará entrar o que si salimos solo un momento no es necesario pasar la llave. Como se ha dicho anteriormente, los ladrones pueden abrir una cerradura en cuestión de minutos, y si se lo pones tan fácil serás un objetivo muy atractivo. Cualquier protección que instales en tu vivienda será completamente ineficiente si no te tomas la molestia de pasar la llave..

¿Qué hacer si tengo una cerradura fácil de abrir?

La respuesta a esta interrogante es bastante obvia. Una vez que hayas comprobado que tu cerradura es fácil de abrir, lo que tenemos que hacer es cambiarla tan pronto como sea posible por una cerradura que nos ofrezca mayor seguridad.

Con tantas marcas, modelos y sistemas diferentes, elegir una cerradura puede ser un poco complicado y es por eso que debes buscar el consejo de un profesional. Pero sea como fuere, asegúrate de elegir una cerradura anti-bumping, pues aunque no es el único método de forzar una puerta, es el más habitual. Si no te conformas con esto y deseas una mayor protección, busca un sistema que incorpore mecanismos anti ganzúa, anti palanca o, por ejemplo, anti taladro.

Como podrás suponer, mientras más elementos de seguridad tenga la cerradura elegida, mayor será su precio. Pero en este tipo de cuestiones es mejor no escatimar. Esto no quiere decir que lo más caro sea siempre lo mejor, aunque en muchos casos así es, sino que debes analizar muy bien cuán vulnerable es tu vivienda, empresa o local comercial, sea por la zona donde está ubicada, o por el tipo de actividad que allí realices o cualquier otra característica que a tu juicio pueda hacerla atractiva a los ladrones.

Igualmente tienes que pensar en dónde la vas a instalar, pues los niveles de protección son diferentes si hablamos de la puerta principal, la puerta del garaje o la del trastero. Pon en una balanza todos estos factores y si aún te queda alguna duda, lo más recomendable es que consultes con un profesional.